miércoles, 15 de abril de 2009

Recordando a Enrique Guzmán.

ROMANCE DE LA CHAMIZA.

A Esther Caycho Márquez.

Montado en caballo blanco
voy llevando mi destino;
señuelo de bella flor,
cómo duele mi camino,
mi lamento es de la mar,
mi pena va por el río;
yo quiero llegar a Pullo
cruzando un campo de trigo.
Ya la tarde va cayendo
como lluvia sin motivo;
oh sol, qué caro se vende
tu fulgor estremecido,
si esta noche no me muero
mañana estaré contigo.
-¿A dónde vaz, don Enrique,
cabalgando tan preciso,
si sólo tierras remotas
se ven, y campos baldíos?
-A mi pueblo amado voy
trazando un nuevo camino,
quiero llegar a la fiesta
de San Antonio Bendito.
-Que fuerza tiene tu afán,
don Enrique, buen amigo,
de seguro que mañana
ya estarás tomando vino.

En la laguna del canto
trota un sueño desleído;
jinetes en sus caballos
juegan haciendo caminos;
las bridas y las espuelas
se comen soles dormidos.
Una luna distraida
se empacaba sin motivo;
las cervezas destapadas
miraban todas al río.

Sol y sombra se hace el Parque:
divertimento y capricho.
La gente aguarda el desfile
y el viento toma sentido,
camaretas y campanas
retumban en sus oídos,
esta noche comeremos
bizcochuelos y maicillos

Ya llega la cabalgata
con firmeza y señorío,
delante va don Enrique
tan sereno y tan festivo,
esta noche tendrá un sueño
de retamas y eucaliptos.

La tarde va haciendo tiempo
sobre un balcón distraído
y el cielo azul resplandece
hasta ponerse amarillo.

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