martes, 14 de octubre de 2008

DIARIO DE UN VIAJERO. Sueños 2

Un amigo me recomendò visitar este remoto y pintoresco lugar conocido como la Bella Perla de Parinacochas. No quedè defraudado, pues a la belleza de sus paisajes se añade la peculiaridad de sus lugares turìsticos, y ni què decir de la variedad de sus potajes tìpicos. Si bien los restaurantes de su polvorienta calle principal cubren las exigencias de cualquier exigente gourmet, no son nada comparados con los que se sirven en el Mercado Luis Tello de la localidad. Algo que me llamò mucho la atenciòn y que me dejò gratamente sorprendido fue un enrejado muy original ubicado en el centro del pueblo y al que los lugareños le han dado el nombre de Josè Anselmo Guzmàn. Se trata de una serie de lìneas metàlicas que se entrecruzan simètricamente alrededor de una pileta y cuyo color (azulino mediodìa) si bien algo enceguecedor, armoniza con el cielo que lo cubre y con los gorros de sus amables moradores. A esto hay que añadir la creatividad de su diseñador al colocar algunas flores cada cierto tramo del enrejado.
No puedo dejar de mencionar, y recomendar, sus baños termales que cada vez atraen màs la atenciòn de los turistas, con sus azufradas aguas calientes y curadoras. Y anotemos el hecho de su cercanìa al pueblo y su acceso fàcil por una carretera que discurre entre hermosos retamales, y tambièn la pulcritud y comodidad de sus vestuarios.
Y los àvidos de cultura ancestral se veràn bien servidos con el apoteòsico Incahuasi Raymi que no nos hace extrañar al Inti Raymi cuzqueño y cuyo pasaje cumbre es el momento en el que el nativo Ciro Càmara Chochocce (director de la escuelita R. P. Lino la Cruz) es paseado en un anda mientras sus 'vestales' entonan cànticos de gran profundidad telùrica. Esta celebraciòn es escenificada el dìa 13 de junio en el mismo pueblo y el 15 de agosto en las ruinas incaicas ubicadas a 15 Kms. del poblado.
No puedo olvidarme de mencionar al lugareño que me sirviò de guìa, cuyo nombre aùn recuerdo: Vìctor Perla Guzmàn. Frecuentemente me hacìa notar su cariño hacia su pueblo, y se calificaba a sì mismo como un 'pullino neto' y mostraba orgulloso su pedigree. Me hizo conocer lugares exòticos de grata recordaciòn y terminada mi visita me pidiò leer un trabajo suyo acerca de su pueblo, que èl llamaba 'ensayo en prosa'; quedè aliviado cuando vi que se trataba de una sola pàgina. Al despedirnos dijo que se sentìa emocionado y gritò a viva voz: ¡Pullo Perla Perù!

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